lunes, 5 de noviembre de 2018

Una sentencia histórica en México permite el tratamiento con CBD a una niña con epilepsia

Un juez autoriza a Graciela Elizalde, una niña de 8 años que padece un una forma de epilepsia muy grave, a utilizar el cannabis medicinal como tratamiento. Después de muchos años de lucha, los padres de la niña han conseguido algo histórico en Méjico, legalizar un tratamiento que ayudará a reducir significativamente los hasta 400 ataques diarios que sufre Graciela.

La enfermedad que padece esta niña nacida en Monterrey se conoce como síndrome de Lennox-Gastatut, un tipo de epilepsia muy grave y difícil de tratar que provoca ataques convulsivos constantes e impide el correcto desarrollo del paciente. La pesadilla para esta familia comenzó a los pocos meses de nacer Graciela, pues ya a tan corta edad le fue diagnosticado este tipo de epilepsia refractaria que no ha respondido a los tratamientos anticonvulsivos de la medicina tradicional ni a la cirugía.

Esta enfermedad ha afectado al desarrollo de las funciones motoras de la niña y hace que hoy en día Graciela necesite atención constante ya que no puede alimentarse, vestirse, ni caminar por sí misma.



Una esperanza que llega desde Estados Unidos

Los padres de la niña, Raúl y Mayela, habían probado con todos los tratamientos que estaban a su alcance e incluso consintieron en que se realizara una callostomía a la pequeña, una cirugía que consiste en cortar el 75% del cuerpo calloso, el haz de fibras nerviosas más grande del cerebro.

Después del fracaso de la operación quirúrgica, los padres quisieron obtener más información sobre el caso de Charlotte Figi, una niña estadounidense que padecía el síndrome de Dravet, otra forma rara de epilepsia y a la que un tratamiento con CBD, uno de los componentes de la marihuana, había salvado literalmente la vida.

Charlotte sufría unos 300 ataques diarios hasta que comenzó a usar el aceite de CBD, que además de poseer múltiples propiedades terapéuticas, no provoca ningún efecto psicoactivo. Gracias a esta sustancia, los ataques de Charlotte Figi se redujeron a 2 o 3 semanales, todo un logro que impulsó a la comunidad científica a investigar más sobre la materia.

Comienza la odisea legal
Después de conocer el caso de Charlotte, los padres de esta niña mejicana quisieron que Grace, así es como la llaman cariñosamente, probara suerte con el mismo tratamiento, pero se encontraron con una barrera legal importante. En Estados Unidos hace años que el cannabis medicinal está regulado en varios estados y con una receta médica se puede acceder a él en cualquier dispensario. Sin embargo, en Méjico, donde el narcotráfico representa un grave problema para el país, la ley rechaza cualquier tipo de terapia medicinal con esta sustancia.

Los padres de Grace, intentaron llevarla a Colorado con el fin de recibir el tratamiento a base de CBD, sin embargo, cuando contactaron con los médicos de EEUU, estos les explicaron que para poder subministrarle el tratamiento, era necesario que Grace fuera ciudadana estadounidense. La batalla para conseguir el tan ansiado tratamiento debía librarse en suelo mejicano.

Hicieron la correspondiente petición a las autoridades, explicando el caso de Grace y la urgente necesidad de la paciente de iniciar un tratamiento a base de CBD. La respuesta del gobierno fue una negativa rotunda alegando que no se había podido probar científicamente que dicha sustancia fuera efectiva en el tratamiento de epilepsia refractaria. Así mismo, adjuntaban también una lista de fármacos que podían ser útiles para paliar las consecuencias de esta enfermedad, entre los que se incluía Diazepam o Rivotril. Resultó que Grace ya los había probado todos sin éxito alguno y que además muchos de ellos le habían causado graves secuelas y efectos adversos: pérdida de campo visual, problemas de corazón, daños en el hígado, riñones e intestinos.

Sin embargo, la respuesta del gobierno mejicano no detuvo el empeño de Raúl Elizade y Mayela Benavides, quienes buscaron apoyo en otras personas que se encontraban en la misma situación que ellos y emprendieron una campaña en las redes sociales “Por Grace”, a través de la cual obtuvieron un gran apoyo. "Cualquier padre hace lo imposible por sus hijos, pero yo quiero hacerlo legalmente", aseguro Raúl en una entrevista para Universal TV.

El siguiente paso fue conseguir un recurso de amparo en los tribunales para que Grace tuviera acceso al CBD, una lucha legal que parece haber dado sus frutos, pues el juez federal Martin Santos ha admitido dicho recurso, permitiendo así la importación de CBD desde Estados Unidos para que la niña pueda recibir su tratamiento. Una sentencia histórica que obliga a las autoridades federales a permitir este tratamiento. Una medida que puede impulsar grandes cambios a nivel legal, pues algunos diputados ya han presentado un proyecto de ley que reformaría la actual Ley General de Salud de Méjico e impulsaría el estudio científico del cannabidiol.

Como requisito impuesto por el juez, para proceder al tratamiento con CBD será necesario que un médico especialista reconozca la necesidad de Grace de ser tratada con dicho cannabinoide y deberá reconocer que la niña puede mejorar con el tratamiento. Además, se le hará un seguimiento para evaluar su evolución. Después de esto, los padres deberán conseguir que un médico recete el tratamiento con cannabidiol y dar su consentimiento, aceptando los posibles riesgos del mismo. Un proceso que no debería dilatarse demasiado en el tiempo, Raúl y Mayela estiman que en cuestión de unas pocas semanas la pequeña podría comenzar a usar el CBD.


Una lucha que no termina
A pesar de esta sentencia favorable, en Méjico aún queda mucho camino por recorrer hasta conseguir la regulación del cannabis medicinal. El CBD es un compuesto que ha demostrado, a través de numerosos estudios y ensayos clínicos que posee importantes propiedades medicinales y que puede ser un gran aliado para el sector sanitario. No produce ningún efecto psicoactivo como sí ocurre con el THC y además los efectos secundarios son leves (sueño, aumento del apetito y una mejora del estado de ánimo del paciente) si los comparamos con los de otros fármacos que se administran para el tratamiento de la epilepsia refractaria.

El caso de Grace no es un caso aislado. Esta sentencia marca un hito en la historia mejicana, una rendija por la que asoma un haz de esperanza para muchos enfermos y familiares. Un paso hacia el futuro que podría ser el inicio de un proceso de cambio y mejora de la calidad sanitaria del país.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario