Comprender el cerebro humano es realmente complicado, especialmente cuando es golpeado por el Alzheimer. Ahora existen pruebas que sugieren que la marihuana podría ayudar, así que profundizamos en este tema.
El Alzheimer es una enfermedad incapacitante que la sociedad está intentando entender y tratar. Afecta negativamente a las vidas de todos los involucrados, los pacientes en primer lugar, pero también sus seres queridos y la familia que los rodea. Los investigadores luchan para encontrar nuevas formas de arrojar luz sobre esta dolencia, y una línea de investigación es el cannabis. Por ello, analizamos esta situación.
EL DESCUBRIMIENTO DEL ALZHEIMER
El Alzheimer fue detectado por primera vez en 1907 por el Doctor Alois Alzheimer. El primer paciente observado fue una mujer de mediana edad llamada Auguste Deter, que presentaba signos de demencia y otros cambios neuronales. Siendo una mujer de mediana edad, el Alzheimer se consideró una enfermedad rara, presente sólo en menores de 65 años. No fue hasta que el Dr Robert Karzman declaró de manera polémica en 1970 que la demencia senil y el Alzheimer eran el mismo desorden y que desde luego, no eran una parte habitual de un proceso de envejecimiento, cuando llegamos a comprender la enfermedad tal y como se entiende hoy en día.
¿QUÉ ES EXACTAMENTE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER?
Alzheimer es un término utilizado para una serie de desórdenes neuronales degenerativos, y es la forma más común de demencia - que afecta al 70% de pacientes de demencia en el mundo. La enfermedad en sí es una condición neurológica que causa la muerte de las neuronas del cerebro, pérdida de memoria y deterioro cognitivo, que empieza moderadamente y empeora progresivamente.
La enfermedad puede ser esporádica o hereditaria:
La forma esporádica de la enfermedad puede afectar a cualquier adulto, pero normalmente ocurre en población mayor de 65.
La forma hereditaria es atípica y es una anomalía genética que afecta a varios genes. Las mutaciones en esos genes implican que el paciente desarrolle Alzheimer desde los 40 o 50 años de edad.
Entre la lista de síntomas encontramos:
- Vaguedad en conversaciones cotidianas y lentitud haciendo tareas rutinarias
- Pérdida de interés por actividades que se disfrutaban anteriormente.
- Dificultades de memoria habituales y persistentes, especialmente de hechos recientes.
- Olvidarse de lugares, personas y caras muy conocidos.
- Inestabilidad emocional y deterioro de la capacidad para relacionarse.
- Dificultad o incapacidad para procesar instrucciones y preguntas.
UN CEREBRO HUMANO SANO
Antes de llegar a la marihuana, y a cómo el Alzheimer afecta al cerebro, es importante entender cómo funciona un cerebro sano (a grandes rasgos).
La mente es un súper ordenador con múltiples sistemas alimentado por redes de arterias, venas y capilares estrictamente regulados. Hay más conexiones entre neuronas (células del cerebro) que estrellas en la Vía Láctea.
Las partes exteriores del cerebro que todos conocemos se encargan de las funciones complejas, como la creatividad, la empatía, la moralidad o el arrepentimiento. En los laterales se comanda el habla y en la parte de atrás es donde las señales que vienen de los ojos se procesan para proporcionarnos la vista.
En el interior del cerebro, encima de la médula espinal, se encuentra una pequeña zona que controla funciones automáticas y primitivas, como la respiración o el latido del corazón. Ahí es donde la memoria muscular reside, permitiéndonos recordar cómo montar en bici o coger un cuchillo sin tener que aprenderlo de nuevo cada vez.
Aún más adentro están el hipocampo y el sistema límbico, donde se procesan nuevas memorias y se envían al resto del del cerebro donde la se produce la neurogénesis, el nacimiento de nuevas neuronas.
Neurotransmisores
La forma en la que el cerebro realmente funciona es a través de la comunicación entre neuronas. La diversidad de neuronas que forman el cerebro se comunican entre ellas gracias a los neurotransmisores. Una célula desprende estos químicos, que se mueven a través de la sinapsis y son recibidos por otra neurona. Este proceso se repite y comienza un nuevo flujo, así millones de veces por segundo. Esto constituye los pensamientos, reflejos y cómo el cuerpo transmite los impulsos de la médula espinal para descodificarlos y acumularlos a nuestra experiencia.
Los neurotransmisores son un cóctel químico delicadamente equilibrado que permite al cerebro comunicarse consigo mismo, con el cuerpo y el mundo exterior.
El cerebro tiene más de 100.000 millones de neuronas y de 10.000 a 15.000 conexiones por neurona que necesitan que los neurotransmisores trabajen correctamente para funcionar.
EL CEREBRO HUMANO CON ALZHEIMER
Ahora que hemos visto cómo debería ser un cerebro, veremos lo que el Alzheimer provoca en él. La sencilla razón por la que hemos explicado el cerebro en profundidad es que el Alzheimer afecta a todo el cerebro.
Allá por 1907, el Doctor Alzheimer descubrió post-mortem en la señora Deter que la capa exterior de su corteza cerebral (la parte encargada de memoria, lenguaje y juicio), había encogido considerablemente a causa de la muerte de neuronas. También descubrió ovillos neurofibrilares dentro de las células y otras placas conocidas en el exterior de ellas.
La agresiva proteína beta-amiloide ABPP/PS1 construye pequeñas barreras entre neuronas e interrumpe el intercambio correcto de neurotransmisores. Mientras, las proteínas Tau se acumulan dentro de la célula causando esos ovillos neurofibrilares que impiden que el alimento y la energía circulen por el cerebro, causando la muerte de las células.
El Alzheimer afecta también a la neurogénesis en el hipocampo, así que además de atacar las neuronas y sus conexiones, el Alzheimer impide la creación de nuevas neuronas.
Los investigadores creen que puede haber más procesos ocultos en esta enfermedad que dirigen estas proteínas tan agresivas.
CANNABIS, THC, CBD Y ALZHEIMER
Las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer impiden el correcto funcionamiento del cerebro, así que es importante mantener un tejido nervioso sano a lo largo de nuestra vida, ya que puede reducir el riesgo de Alzheimer, así como de esclerosis múltiple o Parkinson. Esto se consigue con mayor efectividad gracias al ejercicio físico y mental practicado regularmente, pero la investigación está demostrando que esto se puede potenciar con la introducción de cannabinoides que combaten las proteínas causantes del Alzheimer, un tipo concreto de encimas.
La presencia de estas encimas es el primer síntoma y el indicador claro para la diagnosis del Alzheimer y contribuyen fuertemente al avance de la enfermedad.
La estimulación del sistema endocannabinoide con dosis habituales de THC y CBD en ratones ha demostrado ser beneficioso para la elasticidad de las células existentes, prevenir la inflamación neuronal y fortalecer la neurogénesis. Actúan como resistencia a la encima concreta que permite que las proteínas agresivas se acumulen en las neuronas, y ayuda a prevenir la formación de barreras y ovillos.
Los experimentos en ratones con Alzheimer han demostrado que al administrar CBD y THC se pueden aliviar síntomas de aislamiento social, mejorar el reconocimiento de caras y la memoria.
LA CONCLUSIÓN DE TODO ESTO
No hay cura conocida para el Alzheimer, y normalmente sólo se prescriben tratamientos para síntomas secundarios, como depresión y nervios.
Los cannabinoides han probado su eficacia para aliviar la agresividad y los episodios nocturnos de pacientes muy nerviosos. También son útiles para mejorar el sueño, estimular el apetito, luchar contra la depresión y relajar a los afectados por esta enfermedad.
Todavía queda mucho por descubrir sobre la compleja mente humana, sobre el Alzheimer y sobre los efectos medicinales de la marihuana. Pero el desarrollo de un tratamiento que frene la progresión de esta enfermedad es imprescindible para mejorar la calidad de vida de los pacientes y paliar los altos costes en cuidados médicos.
Hay muchas pruebas que resaltan la importante función que los cannabinoides desempeñan en la salud neurológica, pero se necesita mucha más investigación para lograr comprenderla completamente (esperamos que con el ensayo clínico). Hasta entonces habrá muchas incertidumbres, pero hay algo claro: los resultados por ahora son extraordinariamente positivos. La medicina basada en el cannabis podría tener un futuro muy prometedor.
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