jueves, 28 de febrero de 2019

“La marihuana no es peligrosa ni adictiva”

Sue Sisley es la única investigadora del mundo con licencia especial de la DEA para investigar sobre cannabis medicinal y supervisar un laboratorio de marihuana. SEMANA conversó con ella sobre los beneficios de la planta para dormir y superar el estrés postraumático.

 
“La marihuana no es peligrosa ni adictiva” Foto: Cortesía Sue Sisley.

En Estados Unidos solo unos pocos investigadores pueden estudiar el cannabis con aprobación del Gobierno. Una de ellas es Sue Sisley, médica con ocho años de experiencia en estudios sobre cannabis medicinal aplicado a estrés postraumático en veteranos de guerra de Estados Unidos. Ella estuvo en Colombia a propósito de CannaCiencia, el primer Simposio de las Américas para discutir sobre los avances mundiales y las perspectivas nacionales para la aplicación de esta sustancia en la medicina.

Sisley es la única con licencia de la DEA para comprar cannabis del gobierno federal y con aprobación de la FDA para desarrollar la planta Dry FLOWER, un medicamento que eventualmente podría llegar al mercado estadounidense bajo la aprobación de este ente que regula los alimentos y medicamentos que se venden en ese país. Según ella, el potencial de la droga va desde ayudar a dormir hasta aliviar el dolor crónico.

SEMANA: Según sus investigaciones, ¿cuáles son los beneficios potenciales de la marihuana en algunas enfermedades?, específicamente en el caso de los veteranos de guerra ¿qué es en lo que ha venido trabajando?
S.S.: El mayor beneficio inicial es su impacto en el sueño. El cannabis parece ayudar a estos veteranos a dormir toda la noche suprimiendo todas las pesadillas y los recuerdos que los acosan generalmente. Muchos de los que la prueban informan que es la primera vez que duermen bien en años. Esto incrementa su calidad de vida porque despiertan sintiéndose bien y descansados. A su vez, no sufren ansiedad durante el día, y sienten esperanza sobre su futuro. Muchos de los veteranos reportan que solo lo usan por la noche para este fin, dormir, y parece tener beneficios residuales durante el día siguiente.


SEMANA: ¿Qué otro beneficio ha evidenciado, además del dormir?
S.S.: Otro beneficio obvio es que parece que estos veteranos están sustituyendo las prescripciones de medicamentos adictivos por el cannabis.

SEMANA: ¿Cuáles medicamentos?
S.S.: Muchos han disminuido su consumo de pastillas para el dolor y otros medicamentos para controlar la ansiedad y el sueño. A cambio, usan el cannabis medicinal para manejar una variedad de síntomas, incluido el dolor. Para ser sincera esto me impresionó. Pude ver que una gran cantidad de veteranos pudieron deshacerse de todos sus productos farmacéuticos y solo usar cannabis para reducir sus síntomas.

SEMANA: pero están ahora en cannabis. ¿Por qué es mejor eso que estar en esas otras medicinas?
S.S.: Esto es algo impactante porque está provocando que los veteranos de guerra sean capaces de dejar a un lado su dependencia a las píldoras y sientan que, una vez más, tienen el control de sus propias vidas y de su destino. Quizá lo más gratificante que he presenciado entre la comunidad de veteranos es eso: ese sentimiento de empoderamiento, están tomando de vuelta sus vidas, recuperando el control que la VA (Veterans Administration: una agencia del gobierno federal que brinda una variedad de servicios para los veteranos de los Estados Unidos) y las grandes farmacéuticas les quitaron al someterlos esencialmente a restricciones químicas.


SEMANA: Respecto al cannabis ¿tiene efectos secundarios? ¿Cuáles son?
S.S.: Claro que tiene. El cannabis. Al igual que todos los medicamentos tiene varios efectos secundarios según la cepa y dosis, etc. Como médico debo proporcionar el conocimiento adecuado y aconsejar a los pacientes sobre los riesgos y beneficios de lo que receté. Pasa igual con el cannabis. La planta tiene efectos muy beneficiosos, pero también, efectos secundarios especialmente cuando se habla de fórmulas más recientes y potentes, como concentrados de alta potencia. Por ejemplo, las personas pueden tener una sobredosis con más facilidad con fórmulas de aceite porque a menudo vienen en altas concentraciones y tienen un inicio de acción demorado, así que cuando la gente se da cuenta de que han tomado demasiado, ya es muy tarde.

SEMANA: ¿Cuál sería la forma más segura para la presentación de estos medicamentos?
S.S.: La forma más segura es la flor natural. Fumar o vaporizar. Sin embargo, la flor seca parece ser otro de los enfoques más óptimos y seguros y la que tiene menos efectos adversos. Pero no creo que el gobierno de Colombia haya aprobado aún la flor seca. Con suerte eso cambiará en el camino, y así los pacientes enfermos en Colombia podrían beneficiarse de ella también.

SEMANA: Además de los veteranos de guerra, ¿qué tan cercano ve que estos medicamentos puedan ser usados en otros pacientes?
S.S.: No hay duda de que los veteranos de guerra son solo "la punta de la lanza". Ellos son lo suficientemente valientes como para desafiar abiertamente al gobierno sobre los ataques injustos a la planta y la insistencia de los Estados Unidos de mantener esta droga federalmente ilegal. Así que creo que simplemente están abriendo un camino que permitirá a todos estos otros pacientes enfermos (que definitivamente se benefician de la planta de cannabis) poder utilizarlo legalmente en el futuro.

SEMANA: ¿Para qué tipo de trastornos específicos es efectiva?
S.S.: En el NAS REPORT, emitido el año pasado por nuestro propio gobierno federal de Estados Unidos, se confirmó que el cannabis es un medicamento muy efectivo para tratar el dolor crónico, las náuseas, los vómitos y la esclerosis múltiple.




SEMANA: Colombia es un país que sufrió durante 50 años la guerra y esto dejó profundas secuelas mentales en habitantes y actores del conflicto. A su vez, somos grandes productores de marihuana. Desde su perspectiva ¿cuál podría ser el impacto y el potencial de Colombia en la producción de estos medicamentos cannábicos?
S.S.: Definitivamente, el hecho de que ya existan licencias para cultivar en Colombia está causando un doble impacto. Esto no solo está creando un acceso legal seguro para que los pacientes utilicen cannabis probado en un laboratorio, sino que también está generando una gran mella en las actividades de los cárteles de la droga. Creo que el crimen organizado perderá interés en el cannabis una vez que esté legalizado y ampliamente disponible. Por lo tanto, esto tendrá un gran beneficio en la seguridad de las comunidades y, con suerte, creará empleos donde incluso las personas que trabajan en el crimen organizado pueden elegir dejarlo.

SEMANA: Y para usted, ¿eso acabaría con el crimen?
S.S.: Tal vez solo estoy fantaseando, pero creo que algunos de estos miembros de los carteles optarán por trabajar en los mercados regulados, ayudando a sus conciudadanos (en lugar de aterrorizarlos). Eso es lo que hemos visto en los Estados Unidos. La industria del cannabis genera muchos trabajos respetables y muy bien pagados.

SEMANA: Estados Unidos tiene 30 estados donde la marihuana medicinal es legal, sin embargo, el tema de la aprobación de medicamentos no es tan fácil. ¿Cuáles son los principales obstáculos que ha tenido que enfrentar en su trabajo?
S.S.: Creo que el principal obstáculo es el estigma. Todavía estamos combatiendo muchas décadas de propaganda agresiva del gobierno y de grupos poderosos y ricos como la industria farmacéutica o Big Pharma, la Policía o las prisiones privadas que se han esforzado para que el cannabis continúe siendo ilegal. Ellos han invertido miles de millones de dólares desde 1930 para mostrar a la marihuana bajo una luz negativa. Han persuadido al público, e incluso a nuestro gobierno, de que el cannabis es peligroso y adictivo, ¡y lo han logrado!

SEMANA: ¿y eso cómo ha repercutido en la gente?
S.S.: Como consecuencia de ello, hemos sido terriblemente engañados por nuestro gobierno para creer que esta planta es dañina y no un medicamento. Y la tragedia de esto es que podríamos haber estado investigando esta planta desde hace muchos años y hoy comprenderíamos mucho mejor su potencial médico. Aún estamos en las primeras fases de ese aprendizaje y de lo que esta planta puede hacer para mejorar varias enfermedades médicas.

SEMANA: ¿Cómo luchar contra el tabú que el mundo tiene sobre la marihuana para poder demostrar sus beneficios?
S.S.: Sí, el tabú aún está presente. Me encuentro con esto en cada país al que voy. Acabo de regresar de China, donde la posesión de THC puede llevar a cadena perpetua o incluso a la pena capital. Esta planta ha sido injustamente vilipendiada durante muchas décadas por grupos ultrarricos que se esfuerzan por mantenerla ilegal para que no tengan que competir con eso.

SEMANA: ¿Por qué dice esto?
S.S.: Imagínese si las grandes compañías farmacéuticas tuvieran que competir con la planta natural que cuesta literalmente centavos en comparación con sus píldoras de alto precio. Ellos saben que su única esperanza es mantenerla ilegal y por eso han perpetuado una campaña de relaciones públicas. Tanto pública como subliminal para reforzar constantemente la idea de que esta planta es dañina.

SEMANA: ¿Usted es pro cannabis?
S.S.: No soy pro cannabis, pero ciertamente reconozco que hay una ciencia legítima disponible para ayudar en el uso médico. Existen miles de ensayos controlados que ya se han publicado en revistas médicas revisadas por pares que confirman los diversos beneficios médicos del cannabis. Entonces, la única manera de superar el tabú y el estigma es regresar constantemente a los datos científicos. Los funcionarios elegidos y los departamentos de salud deben tomar decisiones informadas basadas en buenos datos. No en la histeria y los rumores. La única manera en que cambiaremos esta visión actual es difundiendo la ciencia existente y probando a las personas que ya existe una amplia cantidad de evidencia científica para respaldar esto.

SEMANA: ¿Cuáles han sido las conclusiones más relevantes de su investigación en estos años?
S.S.: Debo decir que nuestra investigación ha sido sistemáticamente obstaculizada por el gobierno por lo que hasta hace un par de años recibimos autorización para los estudios que estamos realizando ahora. Pero gracias a la severa presión pública, especialmente al clamor de madres de todo Estados Unidos que comenzaron a utilizar cannabis para sus hijos enfermos, finalmente convencimos al gobierno de eliminar algunas de las barreras de mi investigación. Por esta razón aún no tenemos datos ni conclusiones oficiales disponibles, pero el próximo año podrá ver los datos finalmente publicados de los estudios que fueron recientemente aprobados.

SEMANA: ¿En qué aspecto de la marihuana medicinal es necesario que la ciencia y los investigadores sigan trabajando?
S.S.: Hay mucho trabajo por hacer. Le hemos pedido al gobierno que nos permita hacer lo que llamamos “ciencia de la cepa”, es decir, qué variedades de la planta son las mejores y para qué enfermedades. Eso no lo sabemos todavía. Lo adivinamos y escuchamos por las experiencias de las personas e intentamos hacer recomendaciones basadas en los informes de los pacientes. Sin embargo, necesitamos pruebas controladas de buena calidad que analicen la forma en que las diferentes variedades de cannabis se desempeñan en múltiples enfermedades para brindarles a los pacientes mejores consejos sobre cuál deberían elegir. Hoy los pacientes deben estar dispuestos a realizar una inmersión de seis meses a un año para experimentar con diferentes versiones hasta finalmente encontrar la que "mejor se ajusta". Eventualmente, encuentran un fenotipo que funcione para ellos, pero sería genial si tuviéramos mejor información para llevarlos a una variedad de cannabis que les daría alivio garantizado más rápidamente.

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